martes, 19 de agosto de 2008

Sistemas cristalinos


Fundándose principalmente en los elementos de simetría, los mineralogistas distribuyen todas las formas cristalinas en siete grupos llamados sistemas, cada uno de los cuales comprende las formas holoédricas con igual número de planos y de ejes de simetría y la meroédricas que se consideran como derivadas de aquéllas, aun cuando en éstas, por ser su simetría incompleta, el número de algunos elementos sufre una reducción. Dichos sistemas se denominan regular o cúbico, hexagonal, trigonal, tetragonal, rómbico, monoclínico o monosimétricos, y triclinicos o simétricos.

El Sistema Regular: Comprende cristales con nueve planos de simetría y trece ejes, tres de ellos cuaternarios, cuatro ternarios y seis binarios. Hay muchos minerales que presentan cristales de este sistema, entre ellos la galena, ya mencionada, o la sal común y la fluorita, de las que se encuentran con frecuencia bellos grupos de cristales cúbicos, transparentes o traslúcidos, ora incoloros, ora teñidos de bellos matices. La pirita, mineral de hierro sumamente común, que a veces contiene algunas partículas de oro, cristaliza también en este sistema, formando cubos, dodecaedros pentagonales o combinaciones de ambas formas. El granate, ya sea transparente o ya opaco, tan pronto del color rojo característico como negro o amarillo, ofrece igualmente cristales del sistema regular, por lo general trapezoédricos o rombododecaédricos. El hermoso rubí, que también entra en este grupo, cristaliza, en cambio generalmente en octaedros.

El Sistema Hexagonal: Se caracteriza por tener sus cristales siete planos de simetría, un eje senario y seis ejes binarios; sus formas holoédricas típicas son el prisma hexagonal, la pirámide hexagonal (que en realidad se compone de dos pirámides unidas por la base), y el prisma y la pirámide dihexagonales, estos últimos distintos de los primeros por presentar doble número de caras. El berilo, con sus estimadas variedades verde y azul pálida, respectivamente conocidas como esmeralda y aguamarina, forma cristales de este sistema, frecuentemente combinaciones de las diversas formas en él comprendidas. El agua cuando se solidifica constituyendo la nieve, cristaliza igualmente en este sistema, bajo el aspecto de cristalinos microscópicos hexagonales que se reúnen en diminutas maclas de las más variadas figuras, pero siempre hexagonales también

El Sistema Trigonal: Fue durante mucho tiempo incluido en el hexagonal, y sus formas pueden ciertamente ser consideradas como derivaciones meroédricas de aquél, pero todas ellas ofrecen un rasgo distintivo, cual es el presentar un eje de simetría ternario. Son cristales con las caras frecuentemente en forma de rombos, de trapecios o de triángulos escalenos. El cuarzo, tan común en la corteza terrestre, forma prismas pertenecientes a este sistema. La calcita o carbonato de calcio, uno de los minerales más conocidos por constituir los mármoles y las calizas, y que , cristalizada, se suele conocer como espato de Islandia, en este caso entra también en el sistema trigonal, adoptando la forma de romboedro o de escalenoedro. También cristalizan en este sistema las bellas turmalinas, cuyo nombre, derivado de "turamali", que es como les llaman en Ceilán, nos recuerda que de esta isla se llevaron por primera vez a Europa por los joyeros holandeses en el siglo XVIII. Si se corta al través un prisma de turmalina se ve que tiene sección triangular, lo que revela su condición hemiédrica

El Sistema Tetragonal: Los cristales presentan cinco planos de simetría, un eje cuaternario y cuatro binarios, éstos perpendiculares a aquél. Se ha llamado también sistema cuadrático porque en sus formas más típicas, que son el prisma tetragonal y la pirámide tetragonal, cualquier sección paralela a los radios binarios es perfectamente cuadrada. El circón y su hermosa variedad roja llamamos jacinto, cristalizan en este sistema, así como la casiterita, de la que se extrae el estaño.

El Sistema Rómbico: tiene tres planos de simetría solamente y también tres ejes, los tres binarios, desiguales y perpendiculares entre sí. Entre los minerales que cristalizan en este sistema figuran algunas tan conocidos como es azufre, que forma a veces cristales gigantes, la baritina, que se utiliza para preparar sales de bario, y el topacio del Brasil o falso topacio, simple variedad del cuarzo o cristal de roca, o con el topacio oriental, que es un corindón amarillo. Los aficionados a las joyas saben, sin embargo, que este último tiene generalmente más valor, simplemente por el hecho de ser menos abundante en la naturaleza que el topacio propiamente dicho. Para un entendido en cristalografía la diferencia entre estas diversas gemas homónimas es fácil, pues tanto el topacio oriental como el del Brasil cristalizan en el sistema trigonal y no en el Rómbico.

El Sistema Monoclínico o Monosimétrico: Solamente posee un plano de simetría, así como un eje único, que es binario. A él pertenece el vulgarismo de yeso, que suele formar curiosas maclas, con frecuencia en punta de flecha. Cristaliza igualmente en este sistema el feldespato ortosa, mineral que, agregado al caolín o caolinita (también monoclínico), se utiliza en la fabricación de las porcelanas.

El Sistema Triclínico: Entran cristales sumamente asimétricos, como que carecen de planos y de ejes de simetría, y a él pertenecen unos cuantos minerales no muy conocidos de quien no es mineralogista, como la redonita y la labradorita.

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